Personal poco atento. Si ocurre algo, siempre tiene la culpa el cliente. Aunque ellos se equivoquen y no tengan lista la habitación cuando llegues, incluso si se avisa que llegas tarde por cuestión del vuelo. Nos dieron la llave de una habitación que ya estaba ocupada y el susto de los que estaban durmiendo fue monumental a la 1 de la mañana. Con mi pareja y dos peques bastante cansados, finalmente nos alojaron en una habitación inventada en el jardín de un edificio del barrio. Bastante limpia pero cada noche desalojábamos unas babosas de tamaño descomunal que desconocemos por donde podrían entrar. Ni una silla para sentarse, no había espacio para más. Lo mejor, pues que para dos noches de escapada, estábamos muy cerca de Kings Cross/San Pancras y nos permitía movernos rápidamente.