Estábamos de ruta por Asturias y cerramos nuestro periplo en este pueblo. Solo tengo palabras de agradecimiento. Estuvimos dos noches, viajamos habitualmente y hacia mucho que no sentíamos esa cercanía. Era como estar en casa. Desayunamos, comimos y cenamos allí. La limpieza está presente en todos sitios. La amabilidad y cercanía de Roberto, es sensacional. Todo el personal a la misma altura, pero destaco a Jose especialmente. Nuestra hija Martina siempre agradecerá sus detalles y sobre todo esa sopa! Las zamburiñas son para llorar, calidad suprema. Relación calidad precio genial. Nuestra familia, necesitaba un lugar así por un grave problema personal que hemos sufrido. GRACIAS POR TODO. Prometemos volver. No cambiéis, sois una gran familia. Un fuerte abrazo desde Madrid, Martina, Mamen y Ángel.