Hotel tranquilo, centrico, sin vistas al mar i a tres minutos del paseo marítimo.
Dos plantas de ocho habitaciones; la mitad tiene ventanas a la calle y la otra mitad balcones i terraza a un bonito patio arbolado en el que se ha encajado una piscina.
Los espacios de vestibulo; salón y terraza de desayuno cuidados al detalle con elementos que sugieren un entorno domestico y agradable. Excelentes y abundantes desayunos de buffet con comida traducional. Atenciones permanentes por parte del personal. A diferencia de muchos establecimientos turcos, aqui son mujeres las que dan atencion al visitante. Hay personal dando atención las venticuatro horas del dia, un lujo.
Sin solicitarlo nos asignaron la mejor habitacion del establecimiento. Este trato de proximidad y permanente, con el confort domestico pretendido por la propiedad, hace que sea este pequeño hotel uno de los mejores hoteles donde me he alojado con mi familia.
