La verdad que llegamos y Carolina tuvo el detalle de dejarnos verduras de su huerto y permitirnos comer los huevos de las gallinas que tienen.
La zona está bien, la casa súper limpia y la parcela es como estar en una casa de campo, que como a nosotras nos gusta eso, lo disfrutamos bastante.
Hicimos una bbq con trozos de madera que había allí y fue genial.
Al ser parcelas “adosadas” también se escucharon mucho a los vecinos con su música, pero nosotras tuvimos la nuestra tranquilamente e incluso les pedimos alguna canción ;)
Se nos rompió una puerta de un cajón de la nevera y fue comprensiva como para no hacernos abonar la reparación (o comprar una nueva)
La gran pega de todo y por lo que no ponemos 5 estrellas fue la piscina. Tiene justo un pino al lado (creo que es un pino) que suelta polen de las ramas.
El viernes llegamos y el fondo de la piscina estaba bastante sucio, se limpiaría en esos días previos pero parecía que no se había limpiado en una semana o más.
El sábado ya estaba peor y cuando se encendía la depuradora aprovechábamos para limpiar lo poco que flotaba y nos dábamos algún baño. Con la depuradora apagada parecía agua estancada y no era muy apetecible.
Fue una pena que la piscina estuviera así, porque era por lo que fuimos a esa casa. No pudimos aprovecharla todo lo que lo hubiéramos hecho en otras circunstancias.
Lo comentamos con Carolina pero no pudo acercarse a limpiar.
A parte mencionar que la ducha de casa no tenía presión, pero nada. Algunas lo solucionamos duchándonos en la ducha que tienen en la piscina, que no nos importó el agua fría.