Hemos estado un grupo de 16 personas un corto fin de semana en esta estupenda casa, bueno, casas, que ocupamos las dos, la grande y la petita... Ambas son confortables y acogedoras, sobre todo la grande, que cuenta con un salón muy amplio, cómodo y versátil, con una chimenea preciosa que encendimos nada más llegar (leña gratis y a discreción), y todo lo necesario para sentirte como en casa y disfrutar al máximo de la estancia. El exterior también acompaña: mucho espacio verde, una piscina grande y bien cuidada con casita incluida, y unas vistas magníficas (desde la terraza de la casa pequeña se divisa incluso la bahía de Roses) En fin, para repetir, y aunque nosotr@s fuimos sin niñ@s, este alojamiento, asimismo, me parece ideal para ellos. Por cierto, la acogida de Toni y de su padre, incluso estando tan atareados con las faenas del campo como estaban, inmejorable, ¡GRACIAS! Y todo esto a pesar de la Tramuntana, que sopló y sopló sin descanso durante todo el fin de semana...pero ya se sabe, nada es perfecto...!