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José Manuel, el anfitrión, nos recibió al principio del camino y nos condujo hasta el maravilloso cortijo de finales del 1700, reformado y al que no le falta un detalle. Tiene toda la esencia de lo rústico con las comodidades necesarias para habitarlo. Total paz y tranquilidad. Solo se escuchan los sonidos de la naturaleza. Salimos enamorados de este cortijo. Absolutamente todo perfecto. Y José Manuel, un encanto de persona. Podría estar hablando con él todo el día.



Concepción J.
於 2025 年 6 月住了 4 晚