Edificio imponente y personal muy amable, Las camas comodísimas. En pleno centro de Santo Domingo. Los baños quizá ya necesitan una actualización. Desayuno no tomamos (hay varios sitios alrededor muy buenos para desayunar, quizá no de la misma calidad que el del Parador obviamente)
El tamaño de la habitación bastante espacioso y reseñar que no es necesario poner esa cantidad de colchas y sábanas en pleno verano, pues es un trabajo de más para las señoras que arreglan la habitación y para el alojado que luego tiene que quitarlas)