Hola, hemos estado un fin de semana de Diciembre. Éramos 7 personas adultas y un niño de menos de 2 años. La cada preciosa, los detalles estaban en todos sitios y lo mejor de lo mejor, la casa estaba muy calentita, y eso que no hay chimenea, que cuando vas con niños es algo peligroso. La mayor parte del tiempo íbamos sin zapatillas...y los pies estaban constatemente calentitos, eso de tener la calefacción en el suelo.... es una pasada. Hay espacio suficiente para jugar a la Wii, para expandirse cada uno en un rincón de la casa, pero aún así, resulta acojedora. La cocina es genial, tiene un distribución fantástica con el comedor incluido. Las vistas de las habitaciones, son increibles, montañas y montañas por todos sitios. Aunque ninguno de nosotros tenía movilidad reducida, los espacios para moverser son grandes, es totalmente recomendable para alguien que necesite silla de ruedas. En la habitación de la planta baja hay espacio suficiente .... y de sobra. Lo que nos gustó también mucho es la galería superior, parece que vayas cruzando un puente para ir a las habitaciones de arriba.... está muy chulo. Las habitaciones están bastante bien, limpias y cuidadadas, y decoradas con mucho gusto. En general, toda la casa lo está. Se encuentra ubicada en un alto a las a fueras del pueblo, con lo que los ruidos allí no existen. La única pega que le voy a poner a los dueños, Eduardo y Mariola, es que no tienen cuna y nosotros nos tuvimos que llevar una de viaje, lo que supone un trasto más en el coche... pero bueno, es por poner algo, porque la perfección siempre cuesta un poco conseguirla. Y bueno, que lo ideal es ir más días y no sólo un fin de semana para ver los pueblos de la arquitectura negra. Así que, por nuestra parte, recomendamos totalmente esta casa. Muchas gracias a Eduardo y Mariola por tener un casa rural tan encantadora, y por ser tan amables...esperamos que les vaya muy bien, y si dios quiere, repetiremos.