E X C E L E N T E !!!
Volvería mil veces más.
Había estado en Huatulco, Mazunte, Zipolite y Puerto Escondido, pero nunca en Pochutla.
El hotel está entre Salchi y Tahueca, dos pueblitos "uno al lado del otro", lo único que hay que aclarar es que es una zona de terracería, y aunque cercanos, llegar de uno al otro requiere usar caminos no pavimentados, pero justo esto hace que la experiencia sea ÚNICA, pues son playas menos exploradas.
De Huatulco hacia el desvío al hotel son aprox 20min (esto sobre la carretera Huatulco-Puerto Escondido), de ahí hay un pequeño desvío a la izquierda que dice PLAYA TAHUECA, ahí comienza la terracería, (aprox otros 25min) y de ahí al hotel es camino no pavimentado y algo de curvas, por lo que hay que ir con calma pero sin problema.
El HOTEL, en si, es el REGALO del viaje.
Hermoso en todos lados, instagrameable al 100, el servicio de Carlos (el encargado) y de Brenda y Jaime, que son los administradores de ese y otros dos hoteles en el área, fue INCOMPARABLE.
La experiencia en si de nuestros 5 días fue insuperable.
La cabaña cuenta con cama King Size, cafetera, un frigobar, A/C, ventilador, una pequeña terraza con una hamaca y una pequeña alberca fabulosa; el baño con un jardín interno y la ducha sin techo te hace sentirte en la jungla.
La comida de lujo y las atenciones de 10.
La cereza del pastel, la alberca sin fin al fondo junto al acantilado donde está el bar.
La VISTA UFFF! Si es época de ballenas, puedes verlas desde ahí.
NOS ENAMORÓ
