“Lo mejor: el entorno, la casa que es bonita y céntrica, pero sobre todo el trato de Nuria la persona que trabaja en la Posada, que te recibe y te hace sentir como si estuvieras en tu casa.
Lo peor: Javier el dueño de la casa, que para alojarte exige nada más llegar y, sin previo aviso, pagar en metálico por tener el datáfono estropeado. Y que posteriormente al recibir una valoración negativa a través de Hoteles.com llama a las 21:00 la noche para invitarme a marcharme a otro alojamiento. Este……