Muy bien situado. Personal muy agradable. Si vas con moto, puedes tener suerte y que, como me facilitaron a mí, te dejen meterla en una caseta que tienen para que esté bien guardada.
No hablan español, al menos el personal con el que coincidí, así que recomiendo desempolvar el inglés de viaje.
A unos 10 minutos del castillo y a unos 15 de la catedral.
Debajo tienen pub con comida y bebida, y en la misma avenida hay montones de ellos.
Según la habitación que te toque, puedes alucinar con el laberinto, pero a mí no me importó.