Totalmente decepcionado. Con respecto a la ubicación, está a 40' en metro o 50' andando del centro. El barrio es un barrio normal, nada especial. Quieren dar el aspecto de moderno y hipster pero es un hostel venido a más. La decoración del establecimiento es puro IKEA, Las habitaciones son muy básicas. Cama con un edredón que no tapa completamente, mesillas de noche prácticamente inservibles (son unos cubos reciclados). La TV sólo emite canales rusos. El aseo es mínimo, viejo, descuidado y prácticamente sin artículos de limpieza (un jabón de manos diluido en agua, dispensador de gel y champú). Tollas pequeñas. El secador funcionaba fatal. Ni una repisa para dejar neceser o perchas para la ropa. Te dan la posibilidad de encargar el desayuno a una hora específica, pero ni cumplieron el horario ni las indicaciones de problemas intolerancia a la lactosa (adjuntamos foto de lo que ellos llaman desayuno): un bol de algo incomestible, un yogur (ignorando la advertencia), una galleta (ABIERTA !!!! y sin envoltorio) y un zumo. Hemos pagado el precio de un hotel de 4 estrellas con los servicios de un hostel. Además era imposible comunicarse con el personal del hotel debido a que no entendían nada de inglés. Sólo ruso.
NEFASTO