Disfrutamos de la Nochebuena en familia en el alojamiento y la experiencia resultó del todo grata. La casa es enorme y está bien equipada, mucho mejor que en las fotos de la web que, sinceramente, no le hacen justicia. Estancias espaciosas, cómodas y agradables, con una decoración acorde al tipo de casona que es.
El trato dispensado por las propietarias fue muy bueno, habiendo dejado incluso magdalenas como obsequio para desayunar. Los detalles los cuidan bastante, siendo un ejemplo de ello que en los baños había bolsitas de gel, champú y jabones como en los hoteles.
El pueblo es pequeño pero muy tranquilo, limpio y coqueto. Tiene parajes curiosos para dar un paseo por ellos.
Cerca de él se localizan Pastrana y Horche, los cuales merecen una visita en el caso de contar con tiempo para ello, existiendo en la casa información turística sobre ellos.
Sin duda ha sido una buena experiencia, por lo que es un sitio tanto para volver como para recomendar.