Nos hemos alojado diez personas durante cuatro días y ha resultado una experiencia fantástica.
La casa tiene un toque hogareño, tradicional y auténtico de casa manchega. Estaba limpia, es espaciosa, está muy bien equipada (habitaciones, cocina, baños, zonas comunes) y a pesar de estar alejada de zona urbana se encuentra a apenas veinte minutos de Toledo.
El trato por parte de su propietaria, Irene, ha sido impecable. En todo momento ha sido accesible y rápida en la comunicación; hemos podido planear la llegada y salida con total libertad y comodidad y ha estado disponible cuando lo hemos necesitado.
Difícil encontrar un alojamiento para tantas personas con mejores condiciones que este. Ha sido un placer.