El servicio al huésped es terrible, la encargada de cocina/bebidas con una actitud nefasta, alimentos mal preparados, regrese algunos dos veces y solo medio le movían algo al platillo y lo regresaban tal cual.
El servicio de comida y bar cierra a las 5:30, no hay cenas ni bebidas.
El servicio gerencial deja mucho que desear, en dos ocasión solicitamos que nos atendiera y NUNCA llegó.
Precios excesivos y porciones ridículamente pequeñas en cocteles.
El servicio de limpieza del cuarto bastante regular, encontré mil insectos en la habitación, no cambiaban las toallas y solo medio las tendían en la cama.
La ubicación es buena si quieres descansar, pero a tomar en cuenta que no hay NADA a los al rededores.
Limpieza de la alberca muy mala, encontré un tornillo oxidado al fondo de la alberca, que tuve que sacar yo.
Francisco es una excelente persona, muy atento y servicial, es lo único rescatable del hotel.
El hotel es bonito pero nada funcional.