La casa es muy agradable y acogedora, está en un enclave privilegiado, lo alto de la montaña, las vistas son espectaculares. Para acceder se va por una carretera asfaltada, en la que hay que ir con cuidado ya que es normal cruzarse con animales (vacas, cabras, gallinas, caballos, y hasta un camaleón). Los vecinos son familia de los propietarios y son super amables. Disfrutamos mucho de nuestra estancia.