El depto es aceptable. Buena ubicación. Con defectos que el encargado fue subsanando con buena voluntad. Lo terrible e inaceptable fue que las dos camas estaban infestadas por centenares de ácaros que nos destruyeron la piel con decenas de pústulas que quedaron en nuestro cuerpo y que al día de hoy siguen enfermándonos. No lo advertimos de entrada. Cuando nos dimos cuenta, le avisé al dueño, pero no contestó ni una sola palabra. Lo mínimo sería que nos devuelvan el dinero. Pero por favor, que nadie alquile más ese depto hasta que no fumiguen como corresponde y cambien la ropa de cama y el colchón.