El piso estaba muy sucio, había mucho polvo, y especialmente la cocina tenía mucha grasa y los muebles rotos. El piso en general olía a moho al llegar, y de hecho había moho en el techo del salón. Uno de los armarios, el del dormitorio principal, olía a orín de gato. Se lo dijimos a los dueños y vino la limpiadora al día siguiente. La comunicación con ellos fue buena, sin embargo la relación calidad precio es nefasta. Es un piso de estudiantes claramente, con muebles de muy mala calidad en los dormitorios y en la cocina. Pero con 4 televisores de última generación, eso sí.